martes, 2 de noviembre de 2010

¡BASTA DE ABUSOS!

Escribe: Rosa María Palacios

Usted dirá: “Estos periodistas, nadie puede tocarlos porque se defienden entre ellos, condenan al blogger José Alejandro Godoy y ya están todos protestando. ¿Por qué tanto lío? Si difamó, ¡que pague, pues!”. Bueno, aunque usted no lo crea, los periodistas no se defienden entre ellos. Todo lo contrario. Más bien se acuchillan entre ellos. Y cuando las papas queman, por lo general, solita te defiendes; pero no ahondo ahí, porque ese no es el tema de hoy. Solo se los explico porque de unanimidades, nada y me consta.

¿Que cuál es el lío? Cuando un periodista es censurado, amenazado, vetado, perseguido, encarcelado, multado, molido a golpes o asesinado, no solo sufre él, su familia o el medio para el que trabaja. Usted es el que sufre las consecuencias directamente. ¿Cómo así? Porque esa historia, ese dato, esa información que usted hubiera requerido para tomar una decisión, para protestar, para indignarse o formarse cualquier juicio, no llegará a sus manos; o lo hará de forma extemporánea, cuando ya de nada sirva. La impunidad de todo delito o falta ética encuentra en este silencio su mejor aliado y por eso el poder corrupto no ahorra esfuerzo en promoverlo.



Hoy el poder político no requiere de la violencia física para callar una verdad. Hay dos caminos más sutiles que la tanqueta en la puerta. Puedes comprar periodistas y medios. O puedes asustarlos. En este gobierno hemos visto juicios con cargos inventados, caros, largos y con consecuencias para el medio, amenazas de comisiones investigadoras o las que se constituyen para amenazar, persecución a familiares de periodistas, “avisos o sugerencias” a los propietarios sobre a cuál periodista expectorar, procesos administrativos en Sunat o Indecopi, licencias revocadas por el MTC, publicidad estatal como premio o como castigo, para que los díscolos “aprendan” a escuchar. Que no le cuenten de Venezuela (donde la sufren duro, cómo no) si aquí la vivimos igualito. ¿Dónde queda el indulto/fuga de Crousillat? ¿Dónde la Voz de Bagua? ¿Dónde Jorge del Castillo dirigiendo votaciones en el Congreso contra sus enemigos políticos?

Si difamar es hacer perder la buena reputación a una persona, ¿cómo podría ser Godoy responsable de la reputación de Mufarech? ¿Qué reputación puede tener un sujeto que dijo, entre otras calumnias, que José Alejandro Godoy era un mercenario del abogado José Ugaz (con el que nunca ha trabajado) y miembro de la misma mafia? ¿O que yo soy la jefa de un cartel de periodistas que cobraba en el SIN? Un sujeto que fue investigado por sus propios colegas congresistas y que no pudo ser encausado solo por el beneficio de la prescripción.

¿Y qué decir de una jueza con militancia aprista vigente (lo cual es ilegal) para la cual las palabras joya y perla son difamatorias y merecen condena máxima de 3 años y pago de 300,000 soles? Tuvo que decir algo tan vergonzoso porque no tiene cómo probar que Godoy hubiera mentido en un solo punto ni que hubiera usado una sola palabra injuriante. Así estamos. Pero no pasarán. Ni por un minuto lo crean.

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JAIME ESPEJO ARCE