lunes, 26 de septiembre de 2011

NEGLIGENCIA MONUMENTAL


¿Qué clase de desadaptados agarran a un muchacho “como un paquete” y lo arrojan desde un palco, en nombre de una pasión? ¿Qué clase de fiesta es esa que termina en muerte? ¿Qué clase de cobarde dirigencia es la que no asume su responsabilidad? ¿Qué clase de policía es la que se intimida por una barra bravucona y deja escapar a un asesino? ¿Qué clase de país es este en el que se repite cíclicamente la insania?

A cada encuentro lo llaman ‘El Clásico’, aunque le queda grande la camiseta. Porque de un tiempo a esta parte lo único clásico en ellos es la violencia. Y buscamos a los responsables y jugamos al Gran Bonetón. ¿Y el fútbol de verdad? ¡Ay, siguió muriendo!

¿Quién es el responsable del asesinato de Walter Oyarce, el muchacho de 23 años, última víctima del “clásico” desbande? El ministerio del Interior dice tener ya a 8 sujetos identificados, gracias a los testimonios y las cámaras de seguridad. Pero no nos equivocamos. No son 8 barristas los culpables, son muchos más. Quizás, los 23 millones de peruanos.

En primer lugar, el club Universitario de Deportes, que no puede desmarcarse alegremente, aduciendo que los palcos no son su responsabilidad porque son propiedad privada. Como locales, son ellos los organizadores del evento y como tales tienen la obligación de darle la garantía del caso a cada uno de los asistentes. Son ellos, además, los encargados de contratar a la empresa privada que controla, ya sabemos que negligentemente, el ingreso de los asistentes, junto a la policía. Las fotos de ese día han mostrado a barristas chaira en mano, testigos bebiendo licor, y todo lo que “clásicamente” se mete por lo bajo en estos encuentros. Se sabe que la compañía de seguridad contratada es la empresa BEST, de propiedad, justamente, del tesorero de la “U”, Enrique Sánchez.

La Junta de Propietarios de los Palcos, cuyo presidente es Marco Paredes, es también responsable. Tenemos que acostumbrarnos a ser organizados como sociedad para garantizar nuestra propia seguridad. Algunos dueños de palcos llevan bebidas alcohólicas con 48 horas de anticipación, amparados en que, al ser cada espacio privado nadie puede irrumpir en él, a menos que tenga una orden judicial. Y eso todos lo saben. Estoy segura que también su presidente. ¿Por qué entonces los propietarios no se regulan y fiscalizan a través de su propia junta? ¿Por qué no se revisan entre ellos antes de iniciarse un partido?

Los policías también tienen parte de culpa. Más de una vez he ido al estadio y he visto a los uniformados más concentrados en lo que ocurre en la cancha que en lo que pasa en las tribunas. Y las autoridades municipales no se quedan atrás. No es la primera vez que un hecho de este tipo ocurre en el Monumental. Pero tuvieron que esperar a un muerto en el estadio mismo para clausurarlo. Vamos a ver por cuánto tiempo soportan la presión de la hinchada y, sobre todo, la de los empresarios.

Estamos también los medios que mostramos nuestro mayor grado de indignación, hasta que aparece el siguiente muerto de carretera o el violador de menores, y entonces hablamos de sanciones a los conductores y pena de muerte a los violadores. Y el hincha muerto queda en el olvido.

Finalmente, estamos los aficionados que somos capaces de todo por nuestra camiseta, menos de no lucirla en un Estadio. Que los torneos se hagan sin público hasta que aprendamos, se ha dicho, y hemos gritado en coro: “calla cagón” ‘o “muere gallina”. Mientras el futbol se caga y la muerte nos cacarea.

No basta con clausurar un estadio. Bien por la iniciativa, pero no basta. Hasta que cambie el sistema. (Maribel Toledo Ocampo)

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CARICATURA DEL RECUERDO


Esta caricatura fue publicada en el año 1980 en “El Diario de Marka”.

La inclusión llega a la ONU

Por Mirko Lauer 
La Asamblea General de las Naciones Unidas, Nueva York, funciona como el club de mandatarios más visible del mundo, en la teoría. Hay momentos en que todos los reflectores están sobre el famoso podio de mármol verde, y momentos en que el orador se dirige a una sala tres cuartos vacía. En muchos sentidos es la suerte de la olla.
Llegar recién elegido a esta 66ª edición ayuda a crear un cierto clima de expectativa, y un público. Ollanta Humala sigue siendo una cantidad desconocida para buena parte del mundo exterior. Sus primeras medidas han sido claras, pero los analistas todavía necesitan más para convencerse. Es el tipo de imprecisión que contribuye a crear interés.
En 1985 Alan García paró las orejas y levantó las cejas del auditorio de la ONU con su propuesta mostra de limitar el pago de la deuda externa a 10% de las exportaciones. No volvió hasta la asamblea del 2010, para presentar ante el mundo los logros alcanzados por su segundo gobierno, sobre todo a la luz de las propias metas del milenio de la ONU.
Alberto Fujimori pasó por la asamblea sin pena ni gloria, aunque quizás sí sorprendió, a los reunidos en 1999, con un discurso que duró siete minutos. Alejandro Toledo siempre sintió que tenía una obligación de venderle su imagen personal al mundo, y en consecuencia no se perdió uno solo de esos viajes a Nueva York.
Humala ha elegido como tema central de su discurso la exposición de sus ideas sobre la inclusión. Un paquete tecnocrático que lo diferencia de los planteamientos del ALBA, deslinde que ya hizo con su gira regional como presidente electo. Se trata, pues, de un mensaje sobre todo para los inversionistas.
Humala se presenta ante la ONU como un presidente interesado en introducir modificaciones sociales a un statu quo económico exitoso desde hace algo más de un decenio. Así, la posibilidad de sobrenadar las crisis mundiales que van y vienen, es decir la producción antes que la inclusión (aunque suene feo) termina siendo su mejor carta en el exterior.
Lo más parecido a un lineamiento de política exterior de Humala para la región lo presentó Rafael Roncagliolo al asumir la Cancillería: integración y concertación sin distingos ideológicos. Algo que en la práctica casi no ha pasado aún de ser una distancia frente al ALBA y un deseo de relanzar la Comunidad Andina de Naciones.
Luego está la lista de encuentros bilaterales de Humala, que algo dice: los mandatarios de Brasil y Corea del sur, los ex mandatarios Bill Clinton y Tony Blair. Los jefes de los Estados más importantes no suelen estar muy disponibles en estos días, y las reuniones son entre mandatarios con un especial interés por conversar cara a cara.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Seguridad ciudadana... punto flaco ?


En nuestro país la movilización social suele asumir la forma de acciones de protesta como consecuencia de la percepción de que grandes proyectos de inversión, en expansión en los últimos años, amenazan la continuidad de formas de vida tradicionales, y tienen cómo ámbito principal zonas rurales, capitales de provincia. Si uno mira A. Latina, la conflictividad peruana se asemeja a la boliviana o ecuatoriana, en donde la expansión de actividades extractivas o la construcción de grandes proyectos de energía o infraestructura en territorios con presencia de población indígena constituyen lo más resaltante de la conflictividad social.
En A. Latina, sin embargo, hay otros motivos para la movilización y la protesta. En México, en mayo de este año hubo manifestaciones multitudinarias en unas veinte ciudades de ese país, como protesta frente a la ola de asesinatos que se producen en el contexto del enfrentamiento del gobierno del presidente Calderón contra el narcotráfico. En agosto de 2008 ya había habido una manifestación similar en la ciudad de México, y también en 2004. En febrero de 2008, en Colombia, hubo también enormes movilizaciones de rechazo a las FARC y su política de secuestros.
Podría pensarse que estas manifestaciones son muy particulares y propias de estos dos países, marcados uno por el poder del narcotráfico y el segundo por la persistencia de la guerrilla. No obstante, en Argentina, en abril de 2004, después del secuestro y asesinato de su hijo, Juan Carlos Blumberg logró convocar a miles de personas en Buenos Aires en acciones de protesta. Todas estas marchas tuvieron una composición más urbana, de clase media, asociadas al rechazo a la violencia y la inseguridad.
En A. Latina, según en Latinobarómetro de 2010, la delincuencia ha desplazado al desempleo como el principal problema de nuestros países. Si bien en esa encuesta el Perú aparece todavía priorizando el desempleo, la encuesta de Ipsos/Apoyo de julio de este año señala que los encuestados mencionan a la delincuencia y la inseguridad como el problema más urgente en el que debe enfocar su atención el nuevo gobierno, seguido por la corrupción.
Si consideramos los casos de Romina Cornejo o Ariana Reggiardo, apenas una pequeña muestra de la gravedad de la situación de inseguridad que padecemos, está claro que hay bases para que este tipo de movilizaciones también puedan darse en nuestro país. El gobierno actual ha respondido rápidamente a los reclamos ciudadanos renovando la dinámica del Consejo de Seguridad Ciudadana, encabezado por el propio presidente Humala. Sin embargo, el Consejo aún genera dudas en cuanto a su funcionamiento y eficacia, y el Ministerio del Interior sigue siendo percibido como uno de los puntos flacos del gobierno. El Consejo está “obligado” a mostrar resultados, porque su descrédito podría afectar seriamente a todas nuestras más altas autoridades. (autor: MARTIN TANAKA)

martes, 6 de septiembre de 2011

Los diálogos entre líneas de Cipriani


El programa radial “Diálogos de Fe” es el espacio en el que el cardenal Juan Luis Cipriani combina reflexiones sobre la fe católica con pronunciamientos sobre la coyuntura política y social del país.

Transmitido todos los sábados por la señal de RPP, en la última edición del programa el cardenal realizó una curiosa comparación entre el rol de los santos y los lobbistas.

En ese mismo programa, a través de una interpretación de las escrituras, el propio Cipriani dejó entrever  su posición con respecto al conflicto que mantiene el arzobispado con la Universidad Católica.

Fue el caso de la escritura “Si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas, cara a cara”. Este pasaje, correspondiente al evangelio de San Mateo, fue ilustrado por el cardenal con palabras que podrían ser interpretadas como menciones a las supuestas actitudes de las autoridades de la universidad.

“¿Hay el coraje, hay la honradez, de cuando una persona miente, traiciona, murmura o roba, decirle ha pasado esto y tienes que cambiar? (…) No en los periódicos, no en el twitter, en los wikileaks, no en una campaña de desinformación, no en ese lobie para ver quien conquista más a los ignorantes, sino cara a cara?” sostuvo el arzobispo en el programa.

A su vez, Cipriani también señaló lo siguiente: “Es muy fácil ser un cobarde para mentir, y aparecer como valiente (…) Ojo, en las costumbres de la sociedad no se usa esa valentía. Más bien hay murmuración por abajo, el comentario cuando no está presente el interesado, una nota a los medios para que lo difamen, una reunión, una convocatoria para explicar cómo fulano es un demonio o un ladrón”.

VIDEO: 

lunes, 5 de septiembre de 2011

No codiciarás los bienes ajenos

Por. ROSA MARIA PALACIOS
El largo pleito de la PUCP y el Arzobispo de Lima entró en estas últimas semanas a un nuevo y previsiblemente penoso (por la tozudez de las partes) round. Penoso para mí, porque si hay dos instituciones a las que les tengo lealtad y cariño son a mi Universidad y a mi Iglesia. Asumir partido en un pleito así, es como pedirle a un niño que tome partido en el divorcio de sus padres. No es justo.
 
Lamentablemente, como en toda controversia, los adjetivos inapropiados y las acciones apasionadas han dejado de lado la búsqueda de la verdad y del bien. Esto, si bien es grave para una universidad privada que se proclama Católica en sus estatutos, lo es mucho más para quien representa a la Iglesia en la Diócesis de Lima. Las culpas de las autoridades universitarias perjudican únicamente a su comunidad universitaria, las culpas del Arzobispado desprestigian, y lo digo con gran respeto y pena, a toda la Iglesia.
 
No sé quién es el culpable de haber persuadido a Monseñor Cipriani respecto a los derechos de propiedad que, supuestamente, tiene sobre los bienes legados por Riva Agüero a la PUCP. Lo cierto es que él cree y defiende esa versión que no tiene asidero legal ni moral. Así lo expresó su representante en el año 2007, dando inicio a una acción de amparo que la PUCP jamás debió iniciar. La Junta de Administración instituida por Riva Agüero es una Junta de Administración de su testamento, un “albaceazgo mancomunado”, para usar las exactas palabras del difunto. Los albaceas no son propietarios, son administradores de la voluntad del testador y la ejecutan, tal como él dispone. Riva Agüero dispuso que los bienes que le legaba a la PUCP pasen a ser propiedad de ésta (sin carga alguna) a los veinte años después de su muerte. Y así se cumplió. No hay más que decir, salvo que el actual patrimonio de la Universidad está construido no solo sobre el generoso legado de Riva Agüero, sino sobre el trabajo y los aportes de miles personas: profesores, padres de familia y otros donantes. Como ex alumna y madre de dos alumnas, puedo dar fe de ello.
 
Mezclar el tema de la propiedad con requerimientos Vaticanos y títulos Pontificios es un despropósito. Aclarado el tema de la propiedad, debe decirse que hay pocas Instituciones Superiores en el país que obliguen a estudiar Teología a sus alumnos en todas sus facultades, mantengan un Departamento Académico y Biblioteca de Teología, tengan un activo Centro de Asesoría Pastoral y tengan, por Estatuto, participación de representantes de la Iglesia Católica en la Asamblea Universitaria, incluyendo a su Gran Canciller, el Arzobispo de Lima. Que el Rector se elija por la Asamblea es una disposición de la ley peruana que, por un Tratado, el Vaticano se obligó a cumplir en 1978. Si al Vaticano hoy no le gusta esta situación, que tiene más de 40 años sin resolver, puede quitarle a la PUCP el título honorífico de Pontificia y retirarse de toda vinculación con la Universidad, estando en su derecho. El nombre de “Católica” puede, de acuerdo a la legislación peruana, seguir usándose si así lo acuerda la Asamblea Universitaria.
 
Si ese fuera el desenlace. ¿Quién pierde y quién gana? Pierden los alumnos la vinculación con la Iglesia Católica, pero ésta pierde mucho más. ¿Por qué? Primero, porque aparece ante todos los católicos y no católicos como una institución codiciosa que aspira a tomar bienes ajenos, faltando públicamente y sin defensa posible, al décimo mandamiento; y, en segundo lugar, porque pierde un espacio privilegiado para el apostolado a través de los mecanismos que están instituidos y que funcionan bien para aquellos alumnos que, en uso de su libertad, quieren profundizar su fe. Yo agradezco muchísimo a mis profesores de Teología, brillantes sacerdotes que ya no están más con nosotros, por hacerme reflexionar sobre el sentido de mi religión. Sin ese diálogo fecundo entre ciencia y fe, no hay Universidad Católica posible. ¿Por qué la Iglesia arriesga más de 90 años de docencia católica en un mundo cada vez más laico?
 
Las lecturas de la misa dominical de hoy nos hacen reflexionar sobre la corrección fraterna. Espero que esta pueda prevalecer sobre los prejuicios y, que al final, sea el bien común, es decir lo mejor para la PUCP y sus estudiantes, lo que triunfe en este triste pleito entre hermanos.

viernes, 2 de septiembre de 2011


LA BENEFICIARIA IGLESIA CATÓLICA (PARTE 1º)

 
En nuestro país acontecen hechos que parecen milagros, y no precisamente porque ese dios que aclaman los católicos haya venido a rociarnos con su gracia. A mi parecer, si ese dios existe, sus poderes no son lo suficientemente buenos como para llegar hasta nosotros. Quizá hace falta que le enviemos un telescopio de mayor espectro para que vea que desde la conquista española lo único que nos ha ocurrido son desgracias.
 
Ni la globalización ha hecho que adquiera un dispositivo capaz de informarse de nuestros infortunios y mandarnos una ayudadita. Tal vez si supiese que casi 12 millones de peruanos carecen de agua y saneamiento básico, que alrededor de 2 millones y medio de peruanos mayores de 15 años son analfabetos; tal vez si supiese que entre los años 1980 y2000 más de 69 mil personas fueron masacradas por el grupo terrorista Sendero Luminoso y por el terrorismo de Estado ejercido desde la “legalidad”, ese ser benigno y todopoderoso hubiese hecho algo. Sin embargo, como sabemos, no hace nada. Algunos han llegado a la conclusión de que no existe. Es doloroso, pero creo que no les falta razón para pensarlo.
 
Y es que ese dios católico, si existiese, sería el ser más pasivo que conozco. Quienes no han aprendido de su pasividad son sus representantes católicos que andan haciendo milagros a nivel jurídico, pues aunque nuestra Constitución de 1993 profese laicidad de Estado, tenemos unos cuantos decretos y un documento conocido como Concordato en donde se brindan toda clase de ayudas a esa misma iglesia que no hace mucho se ha visto envuelta en 10 667 casos de pederastia en Estados Unidos, sin contar los miles de Canadá, Irlanda y el Reino Unido.
 
La revista Forbes ha calculado que la Iglesia Católica ha desembolsado 5 billones de dólares para acallar/sobornar a todos aquellos niños (familias) que en los países mencionados anteriormente han querido denunciar ante las autoridades a los curas que abusaron de ellos malentendiendo el dicho cristiano “dejad que los niños vengan a mí”. Con esto nos damos cuenta de que la Iglesia Católica no carece de fondos y cómo va a ser así si países como el nuestro no dejan de subvencionar sus actividades.
 
Además de las exoneraciones a las entidades de la Iglesia Católica como el Impuesto a la Renta, pasar por alto el IGV en el arrendamiento de espacios de las Iglesias durante eventos, exoneración de los arbitrios municipales, exoneración del impuesto predial, etc. que brinda amablemente nuestro Estado peruano, este también otorga salarios a los castos trabajadores de las instituciones eclesiásticas regidas por Joseph Ratzinger, a quien algunos denominan Nazinger por haber estado enrolado en la organización juvenil más potente del régimen nazi, las Juventudes Hitlerianas.
 
El Decreto Supremo 146-91-EF, publicado durante la dictadura fujimorista, establece un escalafón de sueldos públicos asignados a Arzobispos, Obispos, incluso a monaguillos. La más escandalosa de cada una de estas “colaboraciones” con la Iglesia Católica es la cantidad de dinero (proveniente de nuestras arcas públicas) que percibe el Cardenal Juan Luis Cipriani, la que asciende al 100% de lo que cobra un ministro, es decir, aproximadamente 3 800 dólares al mes. (Francesca Emanuele)